El terremoto de
México de 1985 tuvo lugar el jueves, 19 de septiembre de 1985,
a las 07:19:47, hora local (UTC-6), y alcanzó una magnitud de 8.1 ((MW)).
El epicentro se localizó en el océano Pacífico mexicano,
cerca de la desembocadura del río Balsas, en la costa del estado
de Michoacán, y el hipocentro, a 15 kilómetros de profundidad bajo
la corteza terrestre.
El sismo afectó en la zona centro, sur y occidente de México,
en particular a la Ciudad de México, en donde se percibió a las 07:19 am,
hora local. Ha sido el más significativo y dañino en la historia escrita de
los movimientos telúricos de dicho país y de su capital, y superó en
intensidad y en daños al registrado en 1957, que hasta entonces había sido
el más notable en la ciudad. La réplica acontecida un día después,
la noche del 20 de septiembre de 1985, también tuvo gran
repercusión para la capital al colapsar estructuras reblandecidas un día antes.
Ante la carencia generalizada en el país de una cultura
de protección civil, de protocolos de acción y de recursos de
toda índole para las grandes catástrofes (el Sistema Nacional de
Protección Civil no se creó sino hasta el año siguiente, 1986, y
el Fondo Nacional de Desastres (Fonden), diez años después, en 1996
y debido también a lo generalizado de la inacción y a la minimización de las
consecuencias por parte del gobierno, encabezado a nivel federal por
el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, la situación vivida en
las 48 horas siguientes al sismo fue de un caos generalizado, que se palió
considerablemente cuando la propia sociedad civil comenzó a autoorganizarse en
las acciones de rescate y asistencia de las víctimas y
los damnificados.
El número preciso de muertos, heridos y daños materiales
nunca se conoció con precisión. En cuanto a las personas fallecidas, solo existen
estimaciones: 3192 fue la cifra oficial, mientras que 20000 fue el dato
resultante de los cálculos de algunas organizaciones.En cuanto a otros tipos de
pérdidas, se ha calculado que económicamente fueron de unos 8000 millones de
dólares, que unas 250000 personas quedaron sin casa y que aproximadamente 900000
se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Las tareas de rescate de
víctimas se prolongaron hasta el mes de octubre, y la de remoción de
escombros, incluso hasta diez años después (1995). En el 2017, aún
existen campamentos derivados de estos dos sismos.
Las consecuencias directas e indirectas del terremoto fueron
de diversa índole, y abarcaron un sinnúmero de aspectos tanto de la Ciudad
de México como del propio país: el alto número de víctimas y de heridos;
la remoción de escombros y los esfuerzos de toda índole por lograr lo que en
ese entonces se denominó "vuelta
a la normalidad"; el cambio en el entorno urbano de
diversas zonas de la ciudad, por la creación de nuevos inmuebles que
reemplazaron a otros o que ampliaron los existentes; la creación de
nuevos espacios públicos, como parques, plazas y complejos de edificios en
los espacios que dejaron las construcciones derrumbadas; la mayor participación
política de la ciudadanía; el surgimiento de grupos políticos y de organizaciones
no gubernamentales; el cambio político, que generó una mayor democratización de
la capital del país en 1993, con la creación de la Asamblea
de Representantes del Distrito Federal, y la posibilidad de elegir a sus
gobernantes en 1997;la modificación a nivel nacional de las legislaturas
de construcción ya existentes, ajustadas a la realidad sísmica del país, y
la creación de otras nuevas, tendientes a la cultura de prevención y
de protección civil y de respuesta ante las grandes emergencias,además
del desarrollo de la investigación en la prevención y estudio de la naturaleza
sísmica mexicana.
El epicentro fue localizado en el océano Pacífico,
frente a la costa del estado de Michoacán, muy cerca del puerto de Lázaro
Cárdenas. Un informe del Instituto de Geofísica en colaboración con el
Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México publicado
el 25 de septiembre de 1985, detalló que el epicentro se
localizó cercano a la desembocadura del río Balsas, límite natural entre
los estados de Michoacán y Guerrero, a las 7:17:48 a. m. Tiempo
del Centro, y alcanzó la Ciudad de México a las 07:19 a.m., con una magnitud de
8.1 MW y una duración de 2 minutos. Por su parte, el Servicio
Geológico de los Estados Unidos determinó la magnitud del sismo en 8.0 (MW),
mientras que la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica sostiene que este
movimiento telúrico alcanzó la magnitud 8.2 (MW). Fue de un sismo de
tipo trepidatorio y oscilatorio a la vez y registró una profundidad de 15.0 km
bajo la corteza terrestre. La ruptura o falla que produjo el sismo se
localizó en la llamada Brecha de Michoacán, conocida así por su notable,
hasta ese momento, carencia de actividad sísmica. Se ha determinado que el
sismo fue causado por el fenómeno de subducción de la placa de
Cocos por debajo de la placa Norteamericana. Se sabe que, por medio
de testimonios, la escala de Mercalli en la Ciudad de México fue de
entre IX y X.
Una de las diversas apreciaciones en cuanto a la energía que
se liberó en dicho movimiento fue su equivalente a 1114 bombas atómicas de 20
kilotones cada una.
En
México se presentaron varias réplicas del fenómeno, siendo la más significativa
la del día siguiente (20 de septiembre de 1985) a las 19:37:13 hora local
(01:37:13 UTC) con magnitud de 7.5 (MW) y 7.3 (ML),
localizándose su epicentro cercano a Zihuatanejo, Guerrero, a una
profundidad de 17.6 km.La réplica provocó el colapso de 20 edificios más y
aseveró el daño estructural de algunos otros endebles dañados por efecto del
primer sismo. El sismo también produjo un maremoto en Ixtapa-Zihuatanejo con
olas que alcanzaron una altura de 1.5 m. Otra réplica de consideración ocurrió
el 30 de abril de 1986, con una magnitud de 7.0 (MW)
y su epicentro en el estado de Michoacán, al noroeste del sismo principal
de 1985
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