El terremoto y
tsunami de Japón de 2011, denominado oficialmente por
la Agencia Meteorológica de Japón como el terremoto de la costa del Pacífico en
la región de Tōhoku de 2011 o Gran terremoto de Japón oriental del 11
de marzo, fue un terremoto de magnitud 9,0 Mque
creó olas de maremoto de hasta 40,5 metros. El terremoto ocurrió a las
2:46:23 pm hora local (05:46:23 UTC) del viernes 11 de marzo de 2011.
El epicentro del terremoto se ubicó en el mar, frente a la costa de
Honshu, 130 km al este de Sendai, en la prefectura de Miyagi, Japón,
a una profundidad de 32 kilómetros. El terremoto duró aproximadamente 6 minutos
según los sismólogos. El USGS explicó que el terremoto ocurrió a causa de un
desplazamiento en proximidades de la zona de la interfase entre placas de
subducción entre la placa del Pacífico y la placa Norteamericana.
En la latitud en que ocurrió este terremoto, la placa del Pacífico se desplaza
en dirección oeste con respecto a la placa Norteamericana a una velocidad de
83 mm/año. La placa del Pacífico se mete debajo de Japón en la fosa
de Japón, y se hunde en dirección oeste debajo de Asia.
Es el terremoto más potente sufrido en Japón hasta la fechaasí como el cuarto más potente del mundo de todos los
terremotos medidos hasta la fecha. Desde 1973 la zona de subducción de la fosa
de Japón ha experimentado nueve eventos sísmicos de magnitud 7 o superior. El
mayor fue un terremoto ocurrido en diciembre de 1994 que tuvo una magnitud de
7,8, con epicentro a unos 260 km al norte del terremoto del 11 de marzo de
2011, el cual causó 3 muertos y unos 300 heridos.
Horas después del terremoto y su posterior tsunami,
el volcán Karangetang en las Islas Célebes (Indonesia)
entró en erupción. La NASA con ayuda de imágenes satelitales ha
podido comprobar que el movimiento telúrico pudo haber desplazado la Isla
de Honshu aproximadamente 2,4 metros al este, y alteró el eje terrestre en
aproximadamente 10 centímetros. La violencia del terremoto, acortó la duración
de los días en 1,8 microsegundos, según los estudios realizados por los JPL de
la NASA.
Tras el terremoto se generó una alerta de tsunami para
la costa pacífica de Japón y otros países, incluidos Nueva
Zelanda, Australia, Rusia, Guam, Filipinas, Indonesia, Papúa
Nueva Guinea, Nauru, Hawái, Islas Marianas del Norte, Estados
Unidos, Taiwán, América Central, México, Alaska, Canadá,
además en Sudamérica, Colombia, Perú, Ecuador y Chile.La
alerta de tsunami emitida por Japón fue la más grave en su escala local de
alerta, lo que implica que se esperaba una ola de 10 metros de altura.
Finalmente una ola de 0,5 metros golpeó la costa norte de Japón. La agencia de
noticias Kyodo informó que un tsunami de 4 metros de altura había
golpeado la Prefectura de Iwate en Japón. Se observó una ola de 10
metros de altura en el aeropuerto de Sendai, en la Prefectura de Miyagi, que
quedó inundado, con olas que barrieron coches y edificios a medida que se
adentraban en tierra.
A las 21:28 horas (HAST), el Servicio Meteorológico
Nacional de los Estados Unidos emitió una alerta de maremoto hasta las
07:00 horas del día siguiente para todo Hawái.
A las 23:33 horas (PST), el Servicio Meteorológico
Nacional emitió un aviso de maremoto para la costa alaskeña desde
la bahía de Chignik hasta la Isla Attu, y vigilancia de maremoto
para toda la costa pacífica de Canadá y Estados Unidos desde la bahía de
Chignik a la frontera de California con México.
Luego del paso del tsunami, en el estado de California en
la costa oeste de EE. UU., se declaró estado de emergencia para los
cuatro condados del norte afectados por el tsunami, cuyo impacto ha dejado
numerosos destrozos en puertos y playas. El maremoto ha causado inundaciones en
zonas costeras de Hawái, así como en puntos de los estados de Oregón y California.
Uno de los lugares más afectados por el oleaje ha sido la localidad de Crescent
City, situada en una bahía del condado de Del Norte conocida por ser
vulnerable a los tsunamis. Su puerto quedó destruido por la marea y las
embarcaciones sufrieron importantes daños, lo mismo que algunos edificios.
En Hawái los habitantes de las zonas fueron
trasladados a lugares seguros en centros comunitarios y escuelas, al tiempo que
los turistas en Waikiki fueron llevados a pisos altos de sus hoteles.
En tanto, los caminos y las playas se vieron vacías cuando llegó el tsunami. La
altura máxima de la ola del tsunami habría llegado a los 3 kilómetros tierra
adentro.
Al final de la tarde de ese día viernes algunos países
centroamericanos como Panamá, Costa Rica, Guatemala, El
Salvador y Honduras ya habían suspendido el aviso preventivo
acerca del tsunami, después de que las autoridades constaran que el efecto del
terremoto asiático se ha limitado a unas casi imperceptibles olas en sus costas
del Pacífico. Mientras tanto en Nicaragua se suspendió la alerta a
las 21.00 horas (03.00 GMT del día siguiente), después de que las olas también llegaran
sin fuerza y no se registrara ninguna situación anormal. En Colombia a
pesar de no registrar cambios significativos en la costa, mantuvo la alerta en
la costa Pacífica por gran parte del día 12 de marzo, debido a la posibilidad
de que existiera un fuerte oleaje.
En Pichilemu Chile, todos los botes de pesca
fueron trasladados a sectores más altos, al conocerse la alerta de tsunami.
Las primeras olas que se registraron en Perú tuvieron
entre 15 y 40 centímetros de altura, pese a lo cual las autoridades señalaron
que van a mantener la vigilancia en previsión de que el siguiente oleaje pueda
ser más intenso. En la isla de Pascua (Chile) fue una de las primeras
localidades en ser alertadas y puestas alerta
del maremoto, que con preocupación esperaron un escenario
similar al observado en Hawái. Un tren de cinco olas de pequeña altitud (50
centímetros) fue detectado en la noche. A las 04:08 (hora local) cesó la alerta
de tsunami en Rapa Nui.
En Chile la localidad más perjudicada por el tsunami fue Puerto
Viejo, en Caldera (Región de Atacama), donde hubo unas 280 casas
afectadas, de las cuales 80 quedaron destruidas y otras 200 con daños de
diversa consideración. A pesar de ello, no hubo víctimas.
En Dichato (Región del Bío-Bío, Chile), que
fue afectado un año antes con el tsunami producido por el terremoto de
Chile de 2010, recibió un fuerte oleaje con características de tsunami. El
fenómeno se desató aproximadamente a las 02:30 de la madrugada (hora local)
con, al menos, un par de marejadas que ingresaron al pueblo, llegando hasta la
avenida principal. Una veintena de lanchas e incluso un barco quedaron
esparcidos en tierra luego de la subida de marea provocada por el cataclismo
que afectó a Japón el viernes. El fenómeno, que no se esperaba, luego
de conocerse los mínimos incrementos registrados en otras latitudes, causó
pánico entre los residentes que nuevamente revivieron la pesadilla del 27
de febrero de 2010.
En la localidad de Corral, el mar entró aproximadamente
100 metros, aunque de forma lenta y sin fuerza, afectando solamente un jardín
infantil. En ciudades como Coquimbo, el aumento del nivel de marea generó
olas que impactaron el borde costero, principalmente los balnearios de Playa
Peñuelas y Playa Changa. En la ciudad de Los Vilos, región de Coquimbo,
localidad que no sufrió daños durante el terremoto de Chile de 2010, el mar se
desbordó en al menos dos puntos de la costanera arrancando letreros municipales
y de la gobernación marítima. Si bien la zona no estaba comprendida en el plan
de emergencia y la autoridad no decreto medidas de resguardo especiales, la
falta de turistas en la zona evitó daños a las personas. Otras localidades
de Chile no sufrieron mayores complicaciones, aunque en varias se
detectó un aumento del nivel del mar, y durante horas se registraron cambios
bruscos en su nivel.
Afortunadamente, no se registraron víctimas ni heridos, ya
que el gobierno había dispuesto la evacuación de todas las personas que
estuvieran en sectores inundables.
fue registrado el martes 12 de enero de 2010 a
las 16:53:09 hora local (21:53:09 UTC) con epicentro a 15 km de Puerto
Príncipe, la capital de Haití. Según el Servicio Geológico de Estados
Unidos, el sismo tuvo una magnitud de 7,3 Mw y se generó a una
profundidad de 12 kilómetros. También se registraron una serie de réplicas,
siendo las más fuertes las de 5,9, 5,5 y 5,1. La NOAA descartó el
peligro de tsunami en la zona. Aunque horas después, se reportó que
un Tsunami de mínimas proporciones se registró y mató a 4 personas. Este
terremoto ha sido el más fuerte registrado en la zona desde el acontecido
en 1770. El sismo fue perceptible en países cercanos como Cuba, Jamaica y República
Dominicana, donde provocó temor y evacuaciones preventivas.
Los efectos causados sobre este país, el más pobre de América en
ese momento, fueron devastadores. Los cuerpos recuperados al 25 de enero superaban
los 150 000, calculándose que el número de muertos excedería los 200 000.
Los datos definitivos de los afectados fueron dados a conocer por el primer
ministro Jean-Max Bellerive en el primer aniversario del sismo,
el 12 de enero de 2011, conociéndose que en el sismo fallecieron
316 000 personas, 350 000 más quedaron heridas, y más de 1,5 millones
de personas se quedaron sin hogar, con lo cual, es una de las catástrofes
humanas más graves de la historia.
El terremoto ocurrió tierra adentro, el 12 de enero de 2010,
aproximadamente a una distancia de 15 km al sudoeste de Puerto
Príncipe y a una profundidad de 13 km, a las 16: 53 UTC-5. Tuvo una
magnitud de 7,0 en la escala Magnitud momento y se sintió con una
intensidad de X en la escala de Mercalli Modificada en Puerto
Príncipe. También se registró en Cuba, Jamaica, y en el país
limítrofe República Dominicana. El Servicio Geológico de Estados
Unidos había registrado al menos seis réplicas en las dos horas
después del terremoto principal. Midieron aproximadamente 5,9, 5,5, 5,1, 4,8y
4,5. Durante las primeras nueve horas se han registrado 26 réplicas mayores a
4,2 en diferentes puntos de la península de Tiburón, de los cuales doce
son mayores a los 5,0.
El día miércoles, 20 de enero a las 11:03:44 UTC una
fuerte réplica de 6,1, luego rectificada a 5,9en la escala de Richter. Se
registró a 60 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe (cerca de la
ciudad de Léogâne) y se sintió en la capital haitiana, según datos del Servicio
Geológico de Estados Unidos. Justo durante el terremoto, la red de
microblogging Twitter se vino abajo.
El terremoto se produjo en las cercanías del
límite norte de la placa tectónica del Caribe, que se desplaza continua y
lentamente hacia el este 20 mm por año en relación a la placa
norteamericana y atraviesa justamente por el medio de la isla La
Española. El sistema de falla de desgarre o transversal formada en la
región parecido a la falla de San Andrés en California, Estados
Unidos, tiene dos ramas en Haití, la falla septentrional, en el norte, y
la falla de Enriquillo en el sur. Los datos sísmicos sugieren que el
terremoto fue sobre la falla de Enriquillo, que estuvo bajo presión durante 240
años, acumulando mucha energía potencial, la cual desató finalmente un gran
terremoto liberando una energía equivalente a la explosión de 200.000 kilos
de trinitrotolueno (dinamita), sin embargo, estudios científicos de
la Universidad de Purdue recientemente publicados sugieren que ésta
falla no fue la que lo provocó, si no una nueva falla sísmica aún no
identificada y de la que se desconoce su peligrosidad ante su descubrimiento.
De acuerdo con un miembro del servicio geológico de Estados
Unidos, sobre la base de la magnitud y ubicación del terremoto, alrededor de
tres millones de personas se han visto afectadas, aunque datos exactos tardarán
en llegar debido al alcance de los daños.
El Centro de Prevención de Tsunamis del Pacífico lanzó
una alarma de tsunami después de ocurrido el terremoto para Haití, Cuba y República
Dominicana, que fue cancelada poco después. No obstante, el gobierno de Cuba
dio la orden de evacuar a todas las poblaciones costeras, especialmente del
municipio oriental de Baracoa.
El terremoto ha sido calificado como el mayor sismo
registrado en Haití en doscientos años. Una de las consecuencias del
terremoto fue el colapso de todas las líneas telefónicas, siendo fundamental el
uso de Internet, mediante redes sociales como Twitter y Facebook,
portales de vídeo como YouTube, e-mails y transmisiones vía web de radios
y televisión. Las redes sociales en especial han sido ampliamente usadas para
la obtención y difusión de información e imágenes del suceso.
Haití es el país más pobre de América,
caracterizado por tener cerca del 80% de su población por debajo de la línea de
pobreza (el 54% viven en la pobreza extrema), una economía de subsistencia,
es decir, viven prácticamente para alimentarse; las remesas recibidas
de migrantes representan el 40% de su PIB beneficiando a poco más de
900 mil familias. Este país ocupa el puesto 149 de 182 países según el Índice
de Desarrollo Humano, lo que genera preocupación sobre todo en la capacidad de
hospitales y servicios básicos de salud y primeros auxilios para poder afrontar
una catástrofe sísmica de esta envergadura.
La isla La Española, que comparten Haití y
la República Dominicana, es sismológicamente activa y ha experimentado
terremotos significativos y devastadores en el pasado.
Un sismo la estremeció en 1751 cuando estaba bajo control
francés y otro sismo en 1770 de 7,5 en la escala de Richter devastó
Puerto Príncipe por completo. De acuerdo con el historiador francés Moreau
de Saint-Méry (1750-1819), "mientras que ningún edificio sufrió daños
en Puerto Príncipe durante el terremoto del 18 de octubre de 1751, la
ciudad entera colapsó durante el terremoto del 3 de junio de 1770".
La ciudad de Cabo Haitiano, así como otras del norte de
Haití y la República Dominicana, fueron destruidas por el terremoto del 7 de
mayo de 1842.
En 1887 y 1904 se produjeron dos terremotos, uno por año, en
el norte del país, causando «daños mayores».
En 1946, un terremoto de magnitud 8.0 se registró
en la República Dominicana, afectando también a Haití. Este sismo produjo
un tsunami que mató a 1.790 personas.
Un estudio de prevención de terremotos realizado en 1992 por
C. DeMets y M. Wiggins-Grandison estableció como conclusión la posibilidad que
la falla de Enriquillo pudiera estar al final de su ciclo sísmico y
pronosticó un escenario, en el peor de los casos, de un terremoto de magnitud
7,2, similar en magnitud al terremoto de Jamaica de 1692.
Paul Mann y un equipo de estudio presentaron en 2006 una
evaluación de riesgo en la falla de Enriquillo en la 18. Conferencia
Geológica del Caribe en marzo de 2008. Tomando en cuenta la gran tensión,
el equipo recomendó "de alta prioridad" los estudios históricos de
movimientos sísmicos, como el de la falla, que fue totalmente bloqueada y había
registrado algunos terremotos en los últimos 40 años. Un artículo publicado en
el diario Le Matin de
Puerto Príncipe en septiembre de 2008 mostraba los comentarios citados por el
geólogo Charles Patrick de que había un alto riesgo de mayor actividad sísmica
en Puerto Príncipe.
El Primer Ministro de Haití, Jean Max Bellerive,
afirmó que temía que el balance por el potente sismo del martes en su país
podría superar las 140.000 víctimas, sin embargo la Cruz Roja dijo
que las víctimas podrían llegar entre 45.000 y 50.000, aunque aún no ha sido
confirmado, ya que se ha hecho difícil poder contar el número de víctimas
fatales debido a que los escombros invaden las calles y avenidas de Puerto
Príncipe. Entre las edificaciones destruidas, como la sede de la ONU en
Haití, se retiraron cadáveres de entre los escombros, pero alrededor de 150
funcionarios seguían desaparecidos, dijeron funcionarios del organismo. Alain
Le Roy, funcionario, dijo a periodistas que menos de 10 personas, "algunos
muertos, otros con vida", habían sido extraídas de entre los restos del
edificio de cinco plantas, sin embargo, al 14 de enero, al menos veintidós
funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) murieron. El
embajador de Haití ante la Organización de Estados Americanos (OEA),
Duly Brutus, dijo que "docenas de miles de víctimas", pidiendo más
que nunca ayuda a la comunidad internacional. "Nunca nuestro país ha
necesitado tanto la ayuda de la comunidad internacional", dijo Brutus ante
el Consejo Permanente de la OEA, que incluyó en su orden del día la cuestión de
Haití para estudiar cómo ayudar a la isla.
El domingo 24 de enero de 2010, el gobierno de Haití anunció
que se habían recogido y enterrado 150.000 cadáveres sólo en la capital, Puerto
Príncipe, y sus alrededores pero que no se sabe cuántos permanecían bajo los escombros
de edificios destruidos.
Entre las personalidades que fallecieron en el terremoto se
encuentran Jimmy O. Barikad, artista de hip-hop haitianoy
el monseñor Joseph Serge Miot, arzobispo de Puerto Príncipe.
Todo el personal que se encontraba en el edificio de las
Naciones Unidas pereció, incluyendo el jefe de la misión de la ONU, Hédi
Annabi, quien estaba reunido con una delegación china en el momento del
desastre. Dicha información fue confirmada tanto por el presidente de
Haití, René Preval así como del Ministro de Asuntos Exteriores
de Francia Bernard Kouchner.
Unos 3000 trabajadores de la ONU se encuentran
desaparecidos, entre ellos el subjefe de la misión, Luiz Carlos da Costa.
Unos 25 cascos azules han fallecido y unos 23 están desaparecidos.
Debido al gran número de heridos por el terremoto, muchas
personas tuvieron que ser trasladadas a la República Dominicana, donde
decenas de personas gravemente heridas llegaban en caravanas al hospital
de Jimaní, en el oeste de República Dominicana, una pequeña ciudad
fronteriza con Haití.
Mientras que autobuses desde Puerto Príncipe, llegaban
al Hospital General Melenciano, con niños mutilados y decenas de hombres,
mujeres y ancianos con extremidades o cráneos fracturados, ubicado a 280 km al
occidente de Santo Domingo.
Desde tempranas horas del 13 de enero se empezaron
a atender a los heridos, según el director de un centro de salud fronterizo
con Haití, y se dijo que se habían atendido al menos 63 personas dentro de los
cuales se encontraban varios niños y ancianos. Además varias ambulancias así
como vehículos comunes fueron utilizados para transportarlos hasta el centro de
salud, en donde se conformó un amplio equipo de médicos, paramédicos y
voluntarios que heroicamente asisten a todas las personas
El personal médico cubano en Haití también atendió
a 676 heridos, confirmó el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
Entre los heridos se encontraba un ciudadano canadiense que
se encontraba atrapado bajo los escombros de un edificio en ruinas, y que pidió
ayuda a través de un mensaje de texto desde su teléfono móvil.
El ministro de Asuntos Exteriores, Lawrence Cannon, dijo en durante
una conferencia de prensa que habían recibido un mensaje de texto de
un canadiense atrapado en los escombros y que saben "donde está
exactamente", sin dar más precisiones.También la hermana de Piedad
Córdoba, Senadora de Colombia, Marta, se encuentra desaparecida. El
Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina dijo que
atendió el día después del terremoto a más de 850 heridos, en el único centro
de salud disponible, donde además se han realizado más 85 operaciones de alta
complejidad. En una parte de las instalaciones se habilitó como morgue una
cámara frigorífica que usualmente se utiliza para acopio de víveres, asimismo,
helicópteros de la Fuerza Aérea Argentina evacuaban heridos de gravedad a Santo
Domingo.
Mientras muchas viviendas colapsaron tras el terremoto,
otros edificios gubernamentales de construcción más sólida, como el Palacio
Nacional se derrumbaron. Un hospital en Pétionville, un suburbio de
Puerto Príncipe, donde se atienden diplomáticos y los haitianos más pudientes,
se derrumbó producto del terremoto y la Catedral de Puerto Príncipe también
cayó. También la ONU confirmó que el cuartel general de la Misión
de Estabilización en Haití, localizado en Puerto Príncipe, la capital,
experimentó serios daños, al igual que otras instalaciones de la organización
El general (R) Mario Montoya, embajador de Colombia en
República Dominicana, quien se encontraba en Haití, dice que "la situación
está muy grave... no hay agua, no hay luz...". También algunas fuentes,
como el noticiero colombiano CM&, dicen que podría ser uno de los
terremotos y desastres naturales más fuertes en dos siglos
Renzo Fricke, coordinador de Médicos sin Fronteras, le
dijo a la BBC: "Hemos atendido a cientos de pacientes heridos. La
mayoría ha presentado traumas, fracturas y quemaduras. Ninguno de los
hospitales está funcionando, pues muchos colapsaron, carecen de personal o de
medicinas".
Fernando Wance, desde Santo Domingo, le escribió a BBC
Mundo: "En Haití, la situación es muy difícil y confusa. Amigos haitianos
que residen aquí no han podido comunicarse con sus familias, no entran las
llamadas, algunos que lograron comunicarse hablan de muchos heridos, y de
hospitales que se derrumbaron. La ayuda apremiante son hospitales
móviles".
De acuerdo a la misma fuente, Informes procedentes de la
ciudad haitiana de Jacmel señalan que el terremoto también ha causado
daños allí. Un representante de Unicef en esa ciudad, Guido Cornale,
le dijo a la BBC que al menos 20% de los edificios han sido destruidos en la
ciudad de 50.000 habitantes. El funcionario indicó que unas 5.000 personas se
han movilizado hacia el aeropuerto en busca de refugio.
El embajador haitiano ante la Organización de Estados
Americanos le dijo a la agencia de noticias AFP que "hay decenas
de miles de víctimas y un daño considerable".
La primera dama de Haití, Elisabeth Preval,
le dijo al MiamiHerald:
"Es una catástrofe. Estoy pasando por encima de los cuerpos muertos. Hay
mucha gente enterrada debajo de los edificios. El hospital general ha
colapsado. Necesitamos ayuda. Necesitamos apoyo. Necesitamos ingenieros".
De acuerdo a numerosos informes, no solo muchas habitaciones
sino también un gran porcentaje de los edificios públicos -tales como
hospitales, escuelas, estaciones de policía, oficinas de ministerios, iglesias,
cárceles e incluso morgues, etc- han sido destruidas o dañadas de tal forma que
no se pueden utilizar. Igualmente un gran porcentaje del personal cualificado
ha sido fuertemente afectado. Por ejemplo, no hay bomberos funcionandoLo
mismo se puede decir de la infraestructura de comunicaciones. Así mismo, el
principal muelle que servía al país, es inoperable. El jueves siguiente al
terremoto, el aeropuerto de Puerto Príncipe -que resultó dañado y cuya torre de
control se derrumbó- ha dejado de aceptar vuelos debido a la saturación de la
demanda y falta de combustibles.
De acuerdo a informaciones de Radio Metropole, las
líneas de comunicación están en la presente situación (Jueves 14, 08:52 hora
local): acceso a Internet (Hainet) no funciona. No hay información sobre la red
de ACN. El enlace (internacional) submarino de fibra permaneció operativo. El
operador de telefonía móvil Digicel, dijo que su red en Haití empezó a
funcionar de nuevo ayer por la mañana. Las empresas de líneas y de trabajo
HAITEL Teleco funcionan cuando no están saturadas. Sin embargo, muchas líneas o
"secciones" de cables telefónicos se han cortado a través del país,
por tanto, la comunicación a través de este medio no es fiable. La mayoría de
las comunicaciones de Internet a través de satélite están funcionando.
Consecuentemente no ha habido realmente -o no se ha podido
implementar- un esfuerzo coordinado para retirar los escombros, retirar los
cadáveres, atender los heridos, etc. De acuerdo a un trabajador de la Cruz
Roja, no hay ni siquiera las bolsas de plástico (body bags) que se requieren
para guardar los cadáveres, en consecuencia, los cadáveres han sido abandonados
en las calles.
De acuerdo a channel 4, y debido a la escasez de agua
potable y combustibles, el dinero ha dejado de ser útil en Haití: agua y gasolina se
están usando como medio de cambio.
Consecuentemente se teme que el país pueda descender al
caos, especialmente -en esa situación catastrófica- cuando la ayuda comience a
ser distribuida. Un panel de expertos concluyó: “La ONU y las organizaciones de
ayuda confrontan ahora uno de los esfuerzos de ayuda más difíciles y
potencialmente peligrosos”.
De acuerdo a la BBC, La ONU también quiere prepararse para
mantener el orden y garantizar la seguridad en Haití. La organización teme que
la desesperación de las víctimas pueda dar paso a altercados si no llega pronto
la ayuda.
Cinco días después del terremoto, -sábado 16 de enero de
2010- las Naciones Unidas, en Ginebra, afirmaron que "el sismo en Haití es
el peor desastre que haya confrontado la organización en términos de logística,
debido al completo colapso del gobierno local y la infraestructura".
En verde, países que ayudaron a las víctimas del terremoto.
El domingo 24 de enero -12 días después del sismo-
periodistas en Puerto Príncipe informan que la capital empieza a mostrar
algunos signos de vida normal con puestos callejeros que empiezan a vender
frutas y hortalizas y algunas tiendas y bancos que reabren y estaciones de
servicio que vuelven a suministrar combustibles. Sin embargo, funcionarios de organismos
humanitarios recalcan que el tamaño de la destrucción no tiene paralelo. Según
las últimas cifras oficiales, unas 1,5 millones de personas permanecen sin
hogar y la ayuda aún no llega a todos los que la necesitan, lo que ha provocado
asaltos a convoyes de suministros, etc, por parte de multitudes de víctimas
que, en su desesperación, intentan conseguir algunos bienes esenciales -Decenas
de miles no tienen acceso a agua, comida o medicinas. Tres millones de personas
(de un total de alrededor de diez millones) dependen de la ayuda humanitaria.-
Algunos expertos estiman que la reconstrucción de la nación podría tomar al
menos una década. En el lado positivo, el aeropuerto ha estado funcionando -
150 vuelos al día, con otros mil quinientos a la espera- Se ha establecido un
corredor de transporte desde República Dominicana y el puerto está siendo
rehabilitado.
Un médico de los infantes de marina españoles ofrece ayuda
médica a un niño haitiano
Poco después del terremoto que azotó al país, la ayuda
humanitaria no se hizo esperar, tanto como la República Dominicana,
los Estados Unidos, países latinoamericanos y europeos,
la Cruz Roja Internacional, la Secretaría General Iberoamericana,
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) entre otros,
anunciaron el envío de dinero, alimentos, voluntarios, bomberos, expertos y
hasta perros especializados en búsquedas para asistir al país caribeño.
Según denuncia el Observatorio de Políticas Públicas y de la
Cooperación Internacional de Haití, el 95% del dinero donado por la Cooperación
estadounidense ha regresado a EE. UU., porque ese dinero se ha quedado en las
organizaciones y no ha llegado al gobierno haitiano para que lo gestione. François
Kawas, responsable de Cooperación de Haití, señala que a veces esta Cooperación
contempla más los intereses políticos y económicos de los donantes que las
necesidades reales de las poblaciones locales.
Como parte del proceso de reconstrucción nacional, y a los
fines de mejorar la infraestructura pública existente, el Gobierno de Haiti
inició la modernización de su sistema de Registro Civil e Identidad en
noviembre de 2012. Para ello, la Oficina Nacional de Identificación (ONI)
adquirió tecnología de última generación y el conocimiento necesario para
manejarla. Hoy día Haití cuenta con las herramientas necesarias para manejar
eficientemente la identidad de sus ciudadanosy promover así su desarrollo
sustentable.
La brigada médica cubana, presente desde 1998, fue la
primera en atender a la población y curó a más del 40% de las víctimas.
El artista Frankétienne pintó su obra Désastre
(12 Janvier 2010) días después del siniestro. En ella representó su dolor
por la catástrofe, plasmando a las víctimas atrapadas por los escombros.
El aluvión es material
detrítico transportado y depositado transitoria o permanentemente por una
corriente de agua, que puede ser repentina y provocar inundaciones. Puede estar
compuesto por arena, grava, arcilla o limo. Se acumula
en abanicos aluviales, cauces de corrientes fluviales, llanuras
de inundación y deltas. Algunos autores también incluyen bajo este
término los materiales que se sedimentan en lagos o estuarios. A
menos que se especifique otra cosa, el término aluvión se refiere a material no
consolidado En algunos lugares también se le llama aluvión a los aludes o avalanchas.
Aluvion del rio Colorado:
El aluvión del
río Colorado fue una catástrofe natural acontecida en Argentina en
la tarde del 29 de diciembre de 1914 cuando el derrumbe de las paredes de
la laguna Cari Lauquen arrasó de manera tempestiva con el valle
del río Colorado y con docenas de casas y moradores que se
encontraban en las cercanías.
De acuerdo a distintas fuentes la tragedia provocó entre 190
y 300 víctimas mortales en los territorios nacionales de Río Negro y La
Pampa.
Durante el otoño e invierno de 1914 la zona cordillerana de
la provincia de Mendoza y del Territorio Nacional del Neuquén recibió
una extraordinaria cantidad de precipitaciones en forma de nieve que permaneció
durante meses en la zona. Al llegar la época cálida de la primavera y el
verano, en noviembre y diciembre, la nieve que se había acumulado se derritió
de manera rápida, volcándose sobre el lago, ubicado en el límite entre esa
provincia y ese territorio nacional, que provocó un aumento en el nivel de
profundidad, que rondaba aproximadamente en los 95 metros antes del colapso.
Este aumento enorme de la cantidad de agua que
afluyó, originó que las paredes del lago no pudieran soportar más la presión y
se volcara de manera catastrófica sobre el río Barrancas y luego
sobre el río Colorado y su fértil valle, en la tarde del día 29 de diciembre de
1914. Tal ruptura abrió una enorme garganta de unos 250 metros de largo por
otros 100 de alto. Las primeras zonas en arrasar el torrente fue en los límites
de Mendoza y Neuquén, donde allí la furia del agua se llevó dos comisarías de
policía locales y varios hogares, además de los cultivos que los moradores
habían hecho en pequeña escala. Frente a la junta del arroyo Guara-Có, los
cultivos tenían cierta extensión, pero desaparecieron todos. También sufrieron
mucho las comisarías policiales de ambos lados del río Barrancas.
En el rincón de la comisaría mendocina, había sectores de
campo regable, unas cuantas hectáreas alfalfadas, alrededor de 10 casas,
maizales, árboles, etc. De todo esto, no quedaron ni rastros. La comisaría
desapareció, y donde había un campo fértil, no quedó nada. Lo mismo pasó con la
comisaría del lado neuquino, donde la mayor parte de los potreros, alamedas y
casas desaparecieron. En ambos lados del río Colorado había caminos que
quedaron inutilizados, y en el paso de Las Bardas, las estancias fueron
arrasadas.
Según informes de la época, el lago Cari Lauquen debe
haberse vaciado bruscamente cerca de las 16:00 horas del 29 de diciembre. El
torrente pasó por el poblado de Barrancas a las 20:00 horas y llegó
al pueblo de 25 de Mayo al mediodía del día 30.
Fueron más de 2800 millones los metros cúbicos de agua que
siguieron el cauce del río Barrancas y luego del Colorado, borrando casas,
huertas e inclusive al incipiente pueblo de Barrancas, que debió ser
relocalizado. En cientos de kilómetros la gran avenida de agua se llevó
sedimentos, árboles y rocas, además de vías de ferrocarril y muchas vidas
humanas.
Según diversas fuentes, la cantidad de víctimas es variable:
van desde 186 a 300 el número de fatalidades en el gigantesco aluvión.
Pero por algunos datos recogidos en la zona, se puede saber que en las colonias
Peña Blanca y 25 de Mayo, que formaban parte de los territorios nacionales de
Río Negro y La Pampa, respectivamente, se perdieron más de 110 vidas; y que en
la zona del lago Cari Lauquen en Neuquén se ahogaron 25 personas, como así
otras 50 personas en el territorio de la provincia de Mendoza.
El tornado de
Misiones fue un fenómeno meteorológico que se produjo en la noche
del lunes 7 de septiembre de 2009 en la provincia argentina de Misiones,
alcanzando la categoría F4 en la escala de Fujita. Así mismo la tormenta
provocó daños en localidades fronterizas de Brasil.
Afectó las localidades de Colonia Santa Rosa, San
Pedro y una zona cercana a la frontera con Brasil. Ocurrió cerca de
las 20 horas a unos kilómetros de la ciudad. Provocó once muertos, más de cien
heridos y la pérdida de bienes materiales de los pobladores.
Se produjeron ráfagas de viento fuerte en Colonia Santa
Rosa, Tobuna y Pozo Azul. La primera fue la localidad más
afectada. Se destruyeron casas, el suministro de energía eléctrica se
interrumpió por las caídas de postes.
Afectó al estado de Santa Catarina donde 15.000
hab. tuvieron que ser evacuados y otras cuatro se cuentan como víctimas
fatales. La ciudad de Guaraciaba fue altamente destruida, de los diez mil
habitantes que cuenta, nueve mil cien debieron abandonar sus hogares. Las
localidades vecinas Santo Veloso y Santa Cecilia se vieron seriamente dañadas y
fueron declaradas en emergencia.
Se produjo a consecuencia del ingreso de un fuerte frío
proveniente del Océano Pacífico, y que colisionó contra un frente cálido
proveniente de Brasil. Argentina no posee la tecnología necesaria para detectar
el fenómeno con anticipación, una red de radares interconectados, posee tres:
en Ezeiza, en Pergamino y en Paraná, un número insuficiente
para cubrir el área propensa de sufrir este tipo de temporales. De igual manera
el Servicio Meteorológico Nacional no pudo tomar datos de la
tormenta, sus estaciones se ubican en Posadas, Puerto Iguazú,
Bernardo de Irigoyen y Oberá localidades ubicadas a más de cien
kilómetros del epicentro
Algunas noticias:
Estiman pérdidas de 30 millones de pesos por el tornado
en Misiones
El jefe comunal de la localidad de San Pedro precisó a lanacion.com que
de las 300 familias afectadas, 80 sufrieron la destrucción total de sus
viviendas; las personas internadas evolucionan favorablemente, pero temen la
aparición de enfermedades; reorganización del sistema de salud; cómo
ayudar
LUNES 14 DE SEPTIEMBRE DE 2009 • 16:45
LA NACION
A pocas horas de que se cumpla una semana del
desastre en el que decenas de personas sufrieron la pérdida de familiares y la
destrucción total de sus viviendas, la localidad de San Pedro coordina
esfuerzos para recuperarse del tornado que arrasó la zona.
Hasta el momento, el gobierno provincial registró 300
familias afectadas, de las cuales 80 se quedaron sin vivienda y hoy habitan
provisoriamente en casas de parientes o en refugios situados en zonas más
alejadas donde el fenómeno llegó con menor intensidad.
En diálogo con lanacion.com, el intendente
sanpedrino, Orlando Wolfat, señaló: "Estamos cambiando el techo de muchas
casas por chapas de zinc y construyendo viviendas precarias para que estas
familias puedan volver a tener un hogar en los próximos días. Luego haremos las
viviendas definitivas".
El jefe comunal precisó a este medio que las pérdidas
económicas que dejó el tornado fueron valuadas en aproximadamente 30 millones
de pesos. La estimación contempla los severos daños que tuvieron las viviendas,
las escuelas y las redes de tendido eléctrico.
El miedo a las enfermedades. Mientras se avanza
en las obras edilicias y la reconstrucción del lugar, en los hospitales más
cercanos al epicentro del desastre los pacientes internados evolucionan
favorablemente. Sin embargo, resurgen también otros problemas vinculados con
las condiciones precarias en las que quedó la región.
De la veintena de pacientes graves, que recibieron desde el
primer día asistencia en el hospital Samic de El Dorado, sólo dos permanecen internados."Una
paciente con una fractura de fémur y una herida abdominal, que está siendo
tratada por una infección y que todavía no se la puede operar. Y otra chiquita
con una pequeña fractura en un codo, que posiblemente operemos la semana
próxima", especificó el director del centro de salud, el doctor Klaus
Jahke.
Pero el temor por el brote de enfermedades vinculadas con
las condiciones en las que quedó la localidad de San Pedro, hoy desvastada y
sin rumbo, se mantiene latente y obligó a reorganizar las tareas de atención
primaria que realizan en la comunidad.
En ese sentido, la directora del hospital de San Pedro, la
bioquímica Alicia Pujato, afirmó: "Estamos trabajando con todos los turnos
en horario corrido. Tuvimos que llamar a todo el plantel. Nos estamos manejando
con horarios extremos que después compensaremos".
Y añadió: "Estamos vacunando en la zona del desastre y
preparándonos para las enfermedades que son más susceptibles de aparecer, como
las relacionadas con la piel, diarreas o problemas respiratorios. Vamos casa
por casa y hacemos un seguimiento, sobre todo, de la gente que dimos de alta
acá".
Pujato contó que en el transcurso de esta semana se
incrementaron significativamente las consultas derivadas de infecciones por
heridas profundas que no terminaron de sanar o que simplemente resurgieron.
"En estos días llovió muchísimo y la gente se quería ir de aquí por temor
a perder lo poco que le quedaba. Esto provocó que muchas heridas no terminaran
de cicatrizar", describió.
Contención y asistencia. Diferentes ONG locales
y nacionales trabajan en la contención, asistencia y ayuda a las familias más
afectadas. Todas coinciden en remarcar que recibieron varias donaciones, pero
que hacen falta muchas cosas.
Así lo entiende Maia Ayrault, presidenta de la ONG
Voluntades, quien desde un pequeño espacio colabora con los pacientes y
familiares internados en el hospital Madariaga que llegan desde San Pedro.
"Queremos sustentarnos en el tiempo. La gente de otras localidades ya está
empezando a venir para acá y nosotros tenemos que hacernos cargo. Por eso
preferimos no movernos de acá", comentó.
"Nos ocupamos de las personas que vienen del interior,
del paciente y del familiar. Los afectados necesitan de muchísima contención
hoy en día, de un beso, un abrazo. Intentamos sacarle 10 minutos de sonrisas en
medio de los malos momentos", expresó.
Desde otras asociaciones, como la Casa de Misiones en
Buenos Aires o Red Solidaria,precisaron que la respuesta de la gente
se hizo sentir desde el primer día y que un gran porcentaje de argentinos se
solidarizó con lo ocurrido en Misiones apenas lanzaron las campañas para
ayudar.
Durante la semana enviaron camiones repletos de agua
mineral, frazadas, alimentos no perecederos y elementos de higiene para
socorrer a los más golpeados por la tragedia.
Misiones: otro fallecido por el tornado
Se eleva a 11 el número de víctimas fatales a causa del
fenómeno; la Presidenta calificó a la situación como "impactante"
tras supervisar la ayuda sanitaria enviada a San Pedro cómo ayudar
MIÉRCOLES 09 DE SEPTIEMBRE DE 2009 • 20:42
Una de las personas internadas en estado crítico tras el
tornado que azotó el este de Misiones murió en las últimas horas de esta tarde,
mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner aún se encontraba en la
zona del desastre natural.
La muerte de Antonio Vicente, un agricultor de 49 años de
edad que residía en el paraje Santa Rosa y desde el lunes a la noche estaba en
terapia intensiva del hospital Samic de Eldorado, eleva a once las víctimas
fatales por el inusual fenómeno.
Esta mañana, un adolescente, que vivía en el paraje Santa
Rosa, había en el hospital de la ciudad de Eldorado, como consecuencia de las
heridas sufridas durante el tornado que arrasó el lunes esa localidad.La
noticia fue confirmada a lanacion.com por el subdirector del
hospital Samic de Eldorado, Julio César Antuero, que agregó que, de esta forma
se elevó a diez el número de fallecidos en esa zona del municipio de San Pedro,
en el noreste de Misiones, que fue arrasada por un tornado que derribó casas,
tendidos eléctricos y árboles.
Visita presidencial. La presidenta Cristina
Fernández de Kirchner recorrió esta tarde el paraje de Tobuna, una de las zonas
más afectadas por el tornado que azotó el lunes varias localidades rurales de
Misiones, que dejó un saldo de diez muertos.
Estuve en la iglesia, en las escuelas, con los maestros y es
impactante", dijo la presidenta esta tarde ante pobladores y funcionarios
que la aguardaban en una escuela de la región.
La Presidenta, acompañada por el gobernador misionero,
Maurice Closs y el ministro de Salud, Juan Manzur, recorrió centros de
evacuados y escuelas y buscó informarse del estado sanitario de las personas
internadas mientras supervisaba la ayuda ordenada por el Gobierno para los
afectados por el temporal.
La jefa de Estado dispuso al llegar a Misiones que la
mercadería que fue incautada en procedimientos por la Aduana provincial debe
ser destinada a la asistencia a pobladores damnificados. Además se informó que
el ministerio de Ecología misionero donará madera secuestrada para viviendas.
Cristina Fernández arribó esta tarde, bajo una copiosa
lluvia, al aeropuerto internacional de Puerto Iguazú, desde donde partió hacia
San Pedro por vía terrestre, ya que no era posible el uso de un helicóptero por
las condiciones del clima.
Evacuados. Anoche, unas 300 personas de la zona
del desastre, que comprende también a la localidad de San Pedro y sus
alrededores, permanecían evacuadas en esa ciudad después de haber quedado sin
techo, según datos oficiales.
El fenómeno provocó voladuras de techos y arrancó de cuajo
viviendas enteras, desde los cimientos. En Santa Rosa, pocas casas quedaron en
pie y, a todo esto, se le sumó la caída de los postes de alta tensión, con lo
cual la zona quedó rápidamente sin luz.
El alud de San
Carlos Minas, registrado en ese poblado cordobés el día 6
de enero de 1992, fue una catástrofe producida tras una madrugada
lluviosa. En este suceso perdieron la vida cerca de 40 personas en tal
localidad y 13 más en pueblos cercanos, marcando uno de los peores desastres
naturales en la historia de la provincia de Córdoba.
Durante la madrugada del 6 de enero de 1992 una gran tormenta afecta
la zona oeste de la provincia de Córdoba, en 6 horas seguidas se registra
una precipitación de 240 mm. de lluvia en la cuenca alta de los arroyos Jaime y
Noguinet, este último se encargaría de llevar la mayor cantidad de sedimento
aluvional hacia el pueblo de San Carlos Minas, ubicado a 230 km. de la
capital provincial.
Durante las primeras horas de la mañana las precipitaciones habían
terminado, mientras que el río Jaime no presentaba peligro alguno ya que los
torrentes de agua y lodo circulaban bastante fluidos, el
arroyo Noguinet (que bordeaba en forma de zigzag la localidad) se encontraba
sobrecargado de una manera alarmante. Cerca de la 7:00 UTC-3 ya se
evidenciaba que el pueblo se encontraba en serio riesgo al desbordarse el
arroyo en varios tramos de su cuenca media.
Aproximadamente antes de las 9:30 UTC-3, mientras la
mayor parte de su población dormía ocurre lo peor: de un momento a
otro y en pocos minutos, una pared de agua, lodo y rocas de varios metros de
altura destruye el puente que cruza el arroyo, entra por un
barrio periférico y arrasa con decenas de hogares con sus moradores en su
interior. Al torrente lo toma pocos segundos llegar y destruir el centro de
dicha localidad, arrasando con casas enteras y automóviles que
desaparecen bajo sus aguas. Los residentes que se refugian en los techos de sus
casas ven horrorizados como por las calles del pueblo el agua arrastra desde
cadáveres hasta muebles, autos y todo tipo de objetos. El furioso aluvión arrasa
con dos tercios del pequeño poblado. Hasta la iglesia local se encuentra con
varios centímetros de lodo en su interior.
Para las 17:00 UTC-3 el agua ya había
cedido casi en su totalidad y los ciudadanos sobrevivientes pudieron observar
como gran parte del pueblo, junto con decenas de vecinos, habían desaparecido
debido los 1.000.000 de m3/hora (o lo que equivaldría a 2.800 m3/segundo) de
agua y lodo que el arroyo Noguinet transporto esa mañana, cuando un
día normal su flujo es de 0.60 m3/segundo.
Al día siguiente de la catástrofe ya la prensa
nacional estaba retratando lo sucedido en ese poblado cordobés y sus habitantes
se dedicaron a la difícil tarea de recuperar lo poco o nada que les quedó. En
las primeras horas ya habían sido trasladados a la iglesia los
cuerpos de 17 personas mientras se temía por la suerte de los desaparecidos que
se calculaban en un número de 40 o 50.
El arroyo, previo a circundar el casco urbano, debía sortear
una rocosa montaña. Debido a ese obstáculo natural, el arroyo creaba un meandro
cerrado y una curva repentina a la vera de dicha localidad. El día de la
tragedia, ese barranco sirvió como una combinación fatal: la furia del agua, a
chocar con ese paredón que originaba la curva, generó un frente de 7 metros de
altura. Al llegar al centro, la misma se disipó a 3 metros de altura,
pero llegó a superar los 800 metros de largo; por otra parte aguas abajo del
natural valle de inundación la especulación inmobiliaria había
promovido la edificación de barrios habitados en las zonas potencialmente
inundables (y que en esa fecha se inundaron).
Esa columna de agua se unió con otra que entró al mismo
tiempo por una cañada que bordea el sector este de la ciudad. Ese frente de
agua llegó a bordear San Carlos Minas sin problemas, hasta que creció el caudal
y desbordó entrando al pueblo y generando más agua.
Debido a que el frente desmoronó el arco del puente, se
formó una barrera de troncos de árboles arrastrados por el arroyo y eso generó
que entrara más agua al pueblo, y a la vez con más rapidez.
Posteriormente, se dinamitó la montaña que desviaba ese
sector del cauce y se desvió el curso del río, incluyendo la construcción de un
nuevo puente sobre la ruta provincial 15, para evitar que el Noguinet curse esa
pronunciada curva.
La primera ayuda en llegar provino de los propios ciudadanos
y habitantes de localidades vecinas y a las pocas horas llegaría el presidente de
la nación Carlos Saúl Menem con rescatistas especializados y socorro
a las víctimas y desamparados del desastre natural. La ayuda del gobierno de
la provincia de Córdoba y de sus habitantes también fue muy notoria
en el correr de los días posteriores.
La primera ayuda en llegar provino de los propios ciudadanos
y habitantes de localidades vecinas y a las pocas horas llegaría el presidente de
la nación Carlos Saúl Menem con rescatistas especializados y socorro
a las víctimas y desamparados del desastre natural. La ayuda del gobierno de
la provincia de Córdoba y de sus habitantes también fue muy notoria
en el correr de los días posteriores.
Las consecuencias finales fueron terribles para San
Carlos Minas, en un primer momento se informó de 17 cuerpos rescatados y más de
medio centenar de desaparecidos, las cifras finales y oficiales consignan que
murieron entre 36 y 42 vecinos o el 5 % de sus 950 habitantes en ese
momento. Otras 8 victimas fatales se registraron en Cruz de Caña, 3
en Villa de Soto y 2 en Toro muerto y Río Ceballos.
El 75% del pueblo había sido arrasado por la pared de agua que
tubo un ancho de 1.400 metros, 60 casas desaparecieron desde sus cimientos y
otras 120 presentaban daños de diversa índole. Este aluvión queda recordado
como uno de los peores desastres naturales de ese tipo en la historia de Córdoba y
de la Argentina.